viernes, 20 de enero de 2012

Detrás de cada sonrisa.Capítulo 4:En proceso.

Cuatro y media de la tarde, ya en el hotel.
-¿Sara tu me odias por algo?
-¿Yo por qué te iba a odiar?
-No sé, quizás porque me has citado con un tío al que apenas conozco, que me ha robado la mochila, me ha tirado desde un muelle y con el que no he parado de discutir, nada lo normal-le dirigí una de mis miradas asesinas y sarcásticas.
-Venga ya, no seas exagerada, además te he hecho un favor, que te estás amargando mucho últimamente.
-¿Yo amargada? Pues yo no  veo que sea la típica  tía solterona con 50 gatos.
-Aún no.
-¿Cómo que aún no?
-Anda tira.
Me empujo por atrás hasta el baño y me encerró allí.
-¿Tú que eres tonta o sólo lo pareces?-alcé la voz.
-A veces las dos, se me está pegando de ti-rió.
-Déjame salir.
-No, tú te duchas y yo te saco la ropa.
-Pero si es muy temprano y además no voy a ir.
-Es igual, pues claro que si, si no quieres morir en el baño de un hotel.
-DÉJAME SALIR.
-Hasta luego.
Sara se alejó de la puerta del baño y abrió el armario, mis amenazas y gritos no sirvieron de nada así que obedecí y me duché.
Mientras la bañera se llenaba me puse delante del espejo a practicar mis poses y caras raras. Me salió la cara de viciosilla, la de interesante y la de ``Poker Face´´ y ninguna más porque en seguida se llenó, me metí y eche un líquido que estaba en uno de los pequeños armarios que amueblaban el gran baño, por lo poco que había leído eran sales de baño así que las eche sin miedo, quizás me pasé con la cantidad, pero ¿quién se iba a dar cuenta?  Por el exceso empezaron a salir muchas pompas jugueteé con ellas un rato como una niña de cinco años mientras respiraba un dulce olor a fresa, después me enjaboné y me aclaré y di unos golpes con la mano en la puerta.
-¿Qué quieres?-preguntó Sara casi gritando.
-Que ya he terminado-respondí con sequedad.
-¿En serio?¿De verdad?¿Tu haciéndome caso a mi?
-Que sí, que me abras “pesá”.
*Clic*
Se abrió la puerta.
-Bueno vamos progresando, ahora a vestirse.
-Aiss no tengo ganas…
-¿Te visto bonita?-con una sonrisa y voz sarcásticas.
-No gracias, visto lo que me has hecho para que me duchara no quiero saber lo que me harás para que me vista, seguramente algo estilo Saw.-Reí.
-Jajajá, nah no soy tan mala.
-¿De verdad?¿O es eso lo que tu crees?
Me dio flojo en el hombro.
-¿Qué haces?
-Nada, vístete anda.
-Vale.
Pero antes de empezar a vestirme le devolví el golpe.
-¿Qué haces?
-Nada, lárgate anda.
-Imbécila.
-¿Tu? Ya, venga vete pavoncia.
-Ahora volveré.
-Vale, hasta luego.
-Hasta luego.
Sobre la cama había una falda azul turquesa con volantes, una básica de tirantas blanca y unos tacones de cuña blancos. Hacía un tiempo que no me ponía falda, quizás desde aquello…
Igualmente me vestí con cierta tranquilidad, me puse delante del espejo y me mire unos segundos, cogí unos pendientes me los puse y lista.
*Toc, toc*
Será Sara pensé, abrí, y si, era ella.
-Bueno así mejor-sonrisas.
-Gracias tu también vas muy guapa siempre-saqué la lengua.
-Ya no hace falta que me lo digas jajaja, bueno empecemos.
-Querelona, ¿y a qué vas a empezar?
-Pues a maquillarte.
-Que no anda, un poco de rímel y lápiz de ojos y basta y sobra.
-¿Segura?
-Segura.
Miré el reloj eran algo más de las seis y media aún sobraba tiempo.
-Bueno pero alísame el pelo si eso.
-¿A eso si no? ¿Para qué para que te quedes dormida cómo siempre?
-Mentira siempre no, pero es que me entra sueño no lo puedo evitar…
-Bueno CASI siempre.
-Seh-sonrisa.
-Siéntate anda…
-Ais con lo que te quiero yo.
-Vete por ahí un rato anda, siéntate o te lo haces tu.
-Vale.

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