domingo, 29 de enero de 2012

Ya no duele, sólo escuece.

Un  corazón roto lloraba en la noche de un sábado de Marzo, las farolas dibujaba su sombra sobre el frío asfalto, sus lágrimas resbalaban y caían, y con ellas dolor, en grandes cantidades, y rabia acumulada, puede que también algo de impotencia y odio, aquella mezcla formaba cada una de sus lágrimas, su respiración irregular, sus uñas Naranjas ya bastantes estropeadas por el tiempo, se notaba que la vida no la había tratado bien en los últimos meses, mientras se tapaba la cara con sus manos temblorosas recordaba el motivo de todo aquello, se repetía una y otra vez sin cesar en su cabeza, cada vez dolía más, mientras el cielo rugía y comenzaba a llover, sobre su piel caían las gotas de lluvia, frías, hacían que se estremeciese, que su piel se erizase, largos escalofríos la sacudían, la lluvia se mezcló con sus lágrimas, dejando ver solamente un bonito rostro mojado por la lluvia de Marzo, unos ojos verdes que parecían tristes y melancólicos y un corazón demasiado roto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario